La necesidad de reducir residuos y avanzar hacia modelos de consumo más sostenibles ha motivado la aparición de soluciones innovadoras en distintos sectores. Uno de los más llamativos en el ámbito agroalimentario es el marcado láser directo sobre frutas y verduras, también conocido como Natural Branding. Esta tecnología elimina la necesidad de etiquetas adhesivas, tinta o envases plásticos, permitiendo grabar directamente sobre la piel del producto la información necesaria para su identificación, trazabilidad o promoción.
En un contexto donde la sostenibilidad es una exigencia del mercado y no una opción, el marcado láser se posiciona como una herramienta poderosa para minoristas, productores y distribuidores comprometidos con la economía circular.
En I-MAS, donde entendemos la importancia de la innovación aplicada, esta tecnología nos parece un excelente ejemplo de cómo el desarrollo técnico puede dar respuesta a retos medioambientales reales.
¿Cómo funciona el marcado láser sobre alimentos?
La tecnología, conocida como Natural Branding, utiliza un láser de dióxido de carbono (CO₂) para eliminar una fina capa del pigmento superficial de la piel del alimento, generando una marca visible que puede contener datos como el nombre del producto, su origen, el código PLU o incluso logotipos. Todo ello sin dañar la pulpa, ni alterar el sabor, la textura o la vida útil del producto.
En algunos casos, se puede aplicar una fina capa de sustancias autorizadas, como óxidos de hierro (E 172) o hidroxipropil-metil-celulosa (E 464), para mejorar el contraste, siempre cumpliendo con el Reglamento (UE) 510/2013 que regula los aditivos en alimentos.
Se trata de un proceso no invasivo, sin contacto y que no requiere consumibles, lo que reduce costes y complejidad operativa respecto a los sistemas tradicionales de etiquetado.
Beneficios ambientales y operativos del marcado láser
La aplicación de esta tecnología genera beneficios tangibles en varias dimensiones:
- Eliminación de residuos: cada etiqueta adhesiva que se evita es una pieza menos de plástico y papel que termina en el contenedor. Supermercados como ICA en Suecia o Eosta en Países Bajos estiman una reducción de millones de etiquetas al año solo en productos ecológicos como aguacates, batatas o kiwis.
- Reducción de emisiones de carbono: al prescindir de la fabricación, transporte y aplicación de etiquetas adhesivas, se minimiza el impacto energético. El sistema láser, aunque requiere una inversión inicial, tiene un consumo energético bajo y constante.
- Trazabilidad e higiene: las marcas son permanentes y no se despegan, lo que facilita el control logístico y reduce la manipulación. Además, al evitar adhesivos y tintas, se evitan posibles contaminantes.
- Ahorro económico a medio plazo: aunque los sistemas de marcado láser tienen un coste inicial elevado, la eliminación de consumibles (etiquetas, tinta, pegamento) y el menor mantenimiento compensan rápidamente la inversión.
Aceptación del mercado y casos reales
Aunque se trata de una tecnología reciente, ya hay ejemplos reales de su implantación en supermercados europeos. Cadenas como ICA (Suecia), Carrefour (Francia) o Tesco (Reino Unido) han realizado pruebas piloto o aplicaciones directas de esta tecnología. Según estudios recientes, la aceptación por parte de los consumidores es alta, especialmente cuando se comunica de forma clara el beneficio medioambiental.
En España, empresas como Laser Food lideran la investigación y desarrollo de sistemas adaptables a diferentes tipos de fruta, con velocidades y precisiones ajustables según el producto. Laser Food es, además, partner tecnológico de I-MAS, con quienes hemos colaborado en el desarrollo y fabricación de una máquina de etiquetado láser especialmente diseñada para integrarse en líneas de producción agroalimentarias. Esta colaboración demuestra cómo la innovación conjunta entre ingeniería y tecnología aplicada puede dar lugar a soluciones reales y sostenibles.
El papel de I-MAS con la transformación del sector
Desde I-MAS, creemos que este tipo de tecnologías representan un claro ejemplo de cómo la ingeniería puede dar respuesta a los grandes retos de la industria alimentaria: sostenibilidad, eficiencia y digitalización.
El reto ahora está en mejorar la velocidad de marcaje, adaptar los equipos a nuevas variedades de fruta y ampliar su uso a otros sectores como la panadería, la cosmética natural o el packaging biodegradable.
El futuro del etiquetado podría no estar en una etiqueta, sino en la propia piel del producto. Y el láser puede ser el instrumento que nos lo recuerde.
En el departamento de ingeniería de i-mas estamos especializados en la combinación de tecnologías de visión artificial, deep learning y automatización industrial en procesos productivos, lo que nos permite ofrecer soluciones integrales adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente.
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